No hace mucho estuve en una boda y pasó algo que lo catalogaría de surrealista.
El hermano de la novia le regaló un grupo de músicos con una vocalista muy guapa a su hermana (la verdad es que lo hicieron muy bien) Las cosas como son.
Amenizaban con música de ambiente el cocktail de la boda en los jardines y le daba un toque muy elegante, sofisticado y agradable, mientras los invitados disfrutaban del “pica-pica” y se relacionaban entre ellos esperando a los novios, que estaban conmigo y 4 compañeros más, haciendo las fotos de novios por el edificio.
Una vez acabado el cocktail, la novia me pidió de hacerse las fotos de rigor junto a su marido y los invitados.
*Son esas fotos que se hacen siempre en las bodas. Los novios junto a los invitados. Junto a parejas. Junto a grupos de amigos. Junto a grupos de chicas solas. Junto a grupos de compañeros de trabajo de la novia. Junto a … Y cuándo acaban de hacerse la última foto no pueden ni cerrar la boca de tanto tiempo de hacer ver que sonríen en todas las fotos.*
-Estas fotos sirven en la posteridad para ver el paso de los años y como vamos envejeciendo (algunos mejor que otros). Y sobretodo a la mayoría de público femenino para ver el modelito que llevaban incluidos zapatos y bolso a juego.
– Quién no se ha hecho nunca en la vida una foto del modelito para mostrar cómo íbamos vestidos en la boda?
Las parejas a medida que les tomábamos la foto con los novios iban entrando al salón dónde se celebraría la cena. Y así sucesivamente hasta que quedamos 2 fotógrafos, los novios, una camarera y a lo lejos los músicos.
Entonces la novia me dijo que le haría gracia ir a despedirse de los músicos y de la vocal del grupo y hacerse una foto con ellos para la posteridad.
Hicimos la foto de rigor.
Los músicos se marcharon. Y todos pasamos al salón.
Durante la cena, la maitre se nos acerco a la mesa de los “currantes” (o Staff para los más cool) y nos dice:
-¿Habéis visto alguno de vosotros el ramo de la novia?
Y todos al unísono respondimos:
-NO.-¿Es que alguno de nosotros tiene cara de querer un ramo de novia? ¿Porqué lo preguntas?
y respondió:
– Porqué ha desaparecido y sospechamos que alguien se lo ha llevado. Porqué la camarera que se quedó al final a recoger la última mesa ya no lo vió.
Así se quedó la cosa hasta que vino un comensal a la mesa de los “currantes” y nos susurró que sospechaba que el ramo estaba en manos de los músicos.
y yo pensé:
-Si realmente tienes razón… dejando ya de un lado que se trata de una situación muy surrealista, lo encuentro cutre y hortera llevarse el “sagrado ramo de la novia”
– Y un ramo de una novia se ve claramente que es un ramo de una novia.-
El paso siguiente fue cuando la maitre llamó a su hermano para preguntarle sobre sus amigos los músicos, si podía ser que se hubiésen llevado sin querer el ramo de novia de su hermana.
Seguidamente el hermano de la novia llamó a los músicos por teléfono y uno de ellos respondió:
– Si, yo me he llevado un ramo. Pero pensé que era de decoración. Solo se lo quería regalar a mi novia-.
Os podéis imaginar el disgusto de la novia, ya que lo quería regalar a una de sus mejores amigas.
Todos sus colegas reunieron flores de la decoración e improvisaron (y por cierto muy bien) un ramo de novia y así poder entregárselo por fin a una de sus mejores amigas.
PD.
El ramo de la novia no apareció hasta el día siguiente que se lo trajo su hermano que lo había ido a buscar a casa del músico.
Ya lo sabéis novias! Nunca os despeguéis de vuestro ramo hasta que se lo entreguéis a la persona elegida.